• Inconvenientes de los pechos grandes
• ¿Cómo lidiar con ello?
• ¿Cuándo es necesaria la cirugía?
Aunque los pechos pequeños pueden causar malestar debido a la percepción de fracaso por conseguir ciertos estándares de belleza, los pechos grandes causan serios problemas de salud. El agrandamiento de las mamas en las mujeres recibe el nombre de macromastia y en los hombres ginecomastia. Los hombres generalmente sufren de ginecomastia debido a trastornos de salud muy complicados como la obesidad, tumores en la glándula pituitaria (una glándula del cerebro que produce hormonas que regulan las funciones del organismo) y hiperprolactinemia (una concentración aumentada de hormonas en sangre que en las mujeres es importante para dar de mamar), mientras que las mujeres pueden tener unas mamas agrandadas sin tener ninguna patología sistémica.
Generalmente las mujeres se quejan de dolor de espalda, dolor de cuello, migraña (dolor de cabeza), excoriaciones (una afección de la piel causada por la fricción de la piel), sarpullido, actividad física limitada, infecciones por hongos, estrías (rayas parecidas a un cicatriz) y mal estado emocional.
Se presentan distintos tipos de dolor debido a la mala postura y a los problemas nerviosos crónicos. El peso de los pechos daña la estructura de la columna vertebral y produce la compresión de los nervios. Más tarde aparecen varios tipos de dolor. El dolor puede reducirse con medicamentos, aunque no eliminan el problema principal y el daño. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, el diclofenaco, el ketorolaco y otros pueden resultar útiles de manera temporal.
Además, la piel suele resultar dañada. Las rozaduras, el calor y el sudor hacen que la piel se vuelva más vulnerable a las lesiones, por lo que los pechos grandes son mucho más susceptibles a infecciones, irritación y excoriaciones. Además, el crecimiento rápido de los pechos produce estrías. La piel es elástica pero si el crecimiento es muy intenso se desgarra dejando rayas parecidas a las cicatrices. La piel también resulta dañada por los surcos profundos que produce la correa del sujetador en los hombros.
Aunque las mujeres suelen estar deseosas de tener pechos grandes, aquellas que los tienen suelen experimentar malestar emocional. Les resulta difícil encontrar ropa que les siente bien y pueden sentirse incómodas debido al sudor, los sarpullidos y las limitaciones para hacer ejercicio con libertad. La falta de actividad física en sí misma causa aumento de peso, mal estado físico y problemas de salud. Las adolescentes en tales circunstancias son especialmente vulnerables a las burlas, lo cual puede conducir a un mal estado emocional.
En primer lugar, una mujer debería aprender a apreciar y querer su cuerpo y su aspecto. Algunas veces puede ser necesaria la ayuda de un psicólogo o psicoterapeuta. Con el fin de lograr el mejor aspecto físico posible, las mujeres pueden tener que someterse a kinesioterapia (terapia a través de la actividad física). Esta terapia les enseña a mejorar su postura y a hacer ejercicios especialmente adaptados para ellas. Si se origina dolor debido a una lesión en la columna vertebral, debería considerarse consultar con un neurólogo para recibir tratamiento adicional. Para evitar las lesiones en la piel, existen algunos polvos y emolientes que pueden resultar útiles para prevenir el sudor y las rozaduras. Además, los sarpullidos deben tratarse inmediatamente para evitar infecciones. Y por último, pero no por ello menos importante, están los sujetadores cómodos de un tamaño adecuado (no demasiado pequeños) y hechos de materiales naturales.
Si ninguno de los métodos funciona, entonces la mujer puede considerar la cirugía. La operación de reducción de pecho recibe el nombre de mamoplastia de reducción. Se lleva a cabo cuando las mujeres tienen mamas que cuelgan y estrías, dolor crónico, sarpullidos o irritación en la piel, surcos profundos en los hombros, actividad limitada, baja autoestima y dificultad para encontrar ropa que les quede bien. Sin embargo, las adolescentes no pueden someterse a esta operación porque los pechos deben desarrollarse por completo. Además, la operación no está recomendada si una mujer tiene pensado tener un bebé. Dar de mamar tras la operación puede ser complicado porque los conductos de leche resultan dañados durante el procedimiento. Durante la mamoplastia de reducción un cirujano elimina el exceso de tejido graso y de piel de los pechos.
Las mujeres con un mayor índice de masa corporal tienen unos resultados posoperatorios peores y más complicaciones que las mujeres que mantienen un peso saludable. La pérdida de los pezones y de la areola, la asimetría y las alergias son las complicaciones más comunes de esta intervención. La operación se lleva a cabo bajo anestesia general y sólo en hospitales.
Las mujeres siempre desean tener un aspecto perfecto, pero hay que tener en cuenta que cada intervención tiene sus propios riesgos y complicaciones. Así que la cirugía debe realizarse sólo cuando el resto de métodos no resultan efectivos.