Fumar y riesgo de complicaciones

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Se ha demostrado claramente que fumar es un factor de riesgo en el desarrollo del cáncer, de la enfermedad cardíaca coronaria, de la enfermedad pulmonar, de la enfermedad vascular periférica y de otras enfermedades. Sin embargo, fumar no sólo afecta a la salud de las personas, sino también a los pacientes antes y después de la cirugía. Muchos cirujanos creen que fumar altera la capacidad de cicatrización de las heridas y produce malos resultados en la cirugía. Por lo general, los pacientes no se dan cuenta del efecto negativo de fumar en el resultado de la cirugía. Fumar tiene un efecto especialmente negativo en operaciones como el estiramiento (lifting) facial, la abdominoplastia, la reconstrucción de pecho, el trasplante de tejido libre y la reimplantación digital.

Complicaciones producidas por fumar

Fumar tabaco parece ser uno de los principales enemigos de los procedimientos quirúrgicos, además de otros factores de riesgo potencial como el alcohol, los malos hábitos alimentarios y otros. Los cirujanos plásticos dedican una considerable atención a las técnicas y tratamientos quirúrgicos que fomentan la curación normal de las heridas con el fin de obtener los mejores resultados. Dentro de una variedad de diferentes escenarios quirúrgicos fumar puede afectar dramáticamente a la cicatrización de las heridas y complicarla, causando riesgo de necrosis y mayores problemas pulmonares tras la operación, además de producir un gran riesgo de infección en la zona operada.

El humo del tabaco contiene más de 4000 sustancias químicas como la nicotina y el monóxido de carbono. Estos productos químicos pueden producir complicaciones y provocar lesiones endoteliales, reducir el flujo de sangre en los capilares y estimular las catecolaminas. Como resultado, pueden conducir a la trombogénesis, a una disminución de oxígeno, a lesiones microvasculares, a la alteración en la cicatrización de las heridas y a la disfunción de leucocitos, macrófagos, fibroblastos y plaquetas, lo cual puede causar una infección.

Fumar también es un factor de riesgo de problemas cardiovasculares como enfermedades de la presión arterial, del ritmo cardíaco, de pulmonares y de resistencia vascular sistémica, las cuales pueden causar muchas complicaciones e incluso la muerte durante o después de la cirugía. También se sabe que durante el período posoperatorio, los pacientes que fuman necesitan más oxígeno y analgésicos que los no fumadores.

Investigaciones médicas

Las investigaciones médicas llevadas a cabo en todo el mundo refuerzan la premisa de que fumar produce malos resultados en la cirugía. Según los estudios realizados, los fumadores tienen un riesgo significativamente más alto de sufrir infecciones en sus heridas que los no fumadores tras cualquier tipo de cirugía plástica. Suelen curarse más lentamente y tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones tras la cirugía. Esto es igualmente aplicable tanto a las personas que fuman mucho como a las que fuman poco. Suelen ser proclives a sufrir necrosis de la piel y enfermedades del tejido conectivo. No se reveló la relación entre la dosis de tabaco y la respuesta.

Otro estudio se llevó a cabo comparando a pacientes fumadores tras operaciones de lifting facial y se encontró que los fumadores tienen 13 veces más riesgo de sufrir necrosis de piel. En las operaciones de reducción de pecho, los fumadores tienen el doble de riesgo de sufrir complicaciones como necrosis e infección. Algunos científicos sugieren que fumar debería ser una contraindicación relativa para cirugías como la reconstrucción del pecho, y especialmente en la cirugía de colgajo miocutáneo del músculo transverso del abdomen, debido a que los pacientes fumadores tienen un riesgo especialmente alto de sufrir complicaciones posoperatorias, como necrosis de colgajo y hernia. Además, se hallaron algunos problemas relacionados con fumar en investigaciones a pacientes que se habían sometido a abdominoplastia. Se registraron problemas en la cicatrización de las heridas. La tasa de problemas en las heridas y de apertura espontánea de las heridas mostró una diferencia significativa entre los fumadores y los no fumadores.

Recomendaciones

En algunos casos no hay diferencia si un paciente es fumador activo o pasivo. Fumar de forma pasiva también puede dar como resultado unos niveles de nicotina en sangre y en los tejidos y producir complicaciones en la cirugía. Fumar es una fuerte adicción y puede resultar realmente difícil desengancharse de este hábito. Sin embargo, los pacientes que están planeando someterse a cirugía plástica o estética, así como a cirugía de bypass gástrico o cualquier otra, deberían dejar de fumar durante un mes antes de la cirugía y hasta que la cicatrización de las heridas haya terminado.